jueves, 18 de marzo de 2010

Notas al disco

Grabación en directo del concierto dado en la antigua iglesia de San Miguel de Cuenca, en la XIX Semana de Música Religiosa. Año 1980

Aunque los estudios musicológicos van descubriendo valores hasta ahora ignorados, y pese al hecho de haber retrasado en catorce años la fecha que, hasta mis descubrimientos, se venía dando como perteneciente al nacimiento de Comes, sigue siendo cierto que, en el panorama musical español, Comes es un innovador; uno de los padres de la época mal denominada barroca.

En el ambiente valenciano no hay duda alguna; la implantación de la música policoral, de la séptima de dominate, y del "solo" acompañado son imposiciones del que fue, en dos ocasiones distintas y por dos veces, Maestro de las dos grandes capillas musicales valencianas -Catedral y Patriarca-, así como Teniente de Maestro de la Capilla Real.

El acompañamiento, orgánico o instrumental, irá implantándolo poco a poco. Primero, hablando siempre en términos generales, serán sólamente las voces unisonales las que llevarán acompañamiento; luego lo hará también con las masas de gran número de voces y coros. Así el salmo "Cum invocarem", a 15 voces, es acompañado por tres órganos, y ello aunque, en algunos casos, uno de los coros fuera interpretado por los ministriles que suplían a la voz humana.

En Comes existe también la faceta renacentista, si bien bastante más desconocida que su barroquismo. Sus obra compuestas siguiendo el cuarteto clásico (Tiple, Alto, Tenor, Bajo) son, practicamente, ignoradas, y ello, primero, por ser mucho menos numerosas que las multicorales, y, segundo, porque a su gran colección de motetes de este género le falta uno de los cuadernos que la componían. El P. Guzmán, el primero y, hasta ahora, el único que estudió y dió a conocer a Comes, se enamoró de las obras policorales desechando las más sencillas.

La vena contrapuntística de Comes no puede ser olvidada. Se refleja aún en muchas de sus obras multicorales, y, sobre todo, en sus composiciones menos grandiosas, si bien hay que exceptuar de éstas últimas aquellas que traducen un sentimiento de tristeza al mismo tiempo que de anonadamiento, como ocurre en el "Christus". Es en las composiciones a tres y cuatro voces donde aparece la gran facilidad y dominio que Comes tiene del principio composicional básico renacentista, o sea, del contrapunto imitativo.

Sin embargo, la modalidad de Comes no es la modalidad renacentista. Esta queda muy lejos de la forma Victoriana -por citar un nombre eminentemente representativo-. Sin escribir música tonal, la presiente en ocasiones. Su juego constante de los mismos acordes presentados en mayor y menor, crea un fuerte clima de transición entre modalidad y tonalidad, y todo ello sin necesidad de recurrir a la "semitonía sub intellecta", sino ateniéndonos sola y simplemente a los accidentes escritos por el mismo compositor.

También queda inserto en este mismo clima el juego constante que hace de acordes aislados con la séptima de dominante presentados en diversas inversiones, como ocurre en el "Magnificat" de la presente grabación.

Josep Climent

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